lunes, 30 de septiembre de 2013

EL SUR DEL QUINDÍO: PARAISO DE VERDES


UNA PATRIA INTERIOR: EL SUR DEL QUINDÍO



El sur es un estado de ánimo. Una nostalgia geográfica que guardamos, cuando estamos lejos de la tierra amada. Volvemos a sus recuerdos para recuperar esas sensaciones primigenias que nos habitan. Esa saudade o añoranza por volver a pisar los caminos más primitivos y habitar verdes lugares, permanecerá por siempre en nuestra alma.

 Existe una ruta de encantos por descubrir, de paisajes por admirar, de experiencias por celebrar: El sur del Quindío. Éste itinerario entre ríos, montañas, gastronomía y lugares de ensueño, nos ofrece otra mirada al turismo regional.

Un café montañero, una comida campesina, un viento cálido, un rumor de río en la mañana, un vuelo de garzas en la tarde, un amanecer de neblinas, un bote que se desplaza por el agua; son apenas algunas sensaciones que nos esperan en esta ruta de patrimonios naturales y aventuras.

Esta ruta de naturaleza viva, bordea la cordillera central. Por una cómoda carretera, admiramos estas montañas azules, salpicadas de neblinas y leves lloviznas. En sus altos picos se perciben bosques primarios. En las partes bajas los surcos de café crean un contraste único entre los hombres y el campo.
 

El paraíso de los verdes. Todos sus matices los encontramos aquí. La fusión de los elementos naturales, prodigó una tierra de contrastes, donde se funden las formas y paisajes más indeterminados. Allí encontramos plantaciones de café y plátano, pequeñas parcelas campesinas con diversos cultivos, extensas zonas ganaderas, cultivos de cítricos y cálidos guaduales que bordean las innumerables fuentes y ríos que vienen desde los páramos de la cordillera. Tierra de esencias. Olores de tierra húmeda, sonar de aguas, sabor a un café caliente en una taza campesina, Sonidos y olores primigenios que aún permanecen para quienes deseen despojarse de la pesadez de la ciudad y quieran volver a compartir las cosas bellas y sencillas.

Desde la salida de Calarcá encontramos El Jardín Botánico del Quindío. Más de seiscientas especies vegetales, su sendero ecológico, observatorio de aves y su único mariposario. Un encuentro con el patrimonio natural del departamento.  

Seguimos descendiendo hacia la  vereda La bella, lugar donde habitó el poeta Baudilio Montoya. Sus estancias y fincas camineras nos permitirán conocer de cerca la arquitectura de la colonización antioqueña. Aquella fusión de barro, guadua, teja e imaginación colonizadora; configuró una manera particular construcción regional.

Al ir descendiendo a las planicies del Quindío, el paisaje se hace más extenso y cálido. Amplias tierras ganaderas son atravesadas por frescas quebradas ríos. Grandes samanes y ceibas decoran el paisaje. En Barragán podemos realizar cabalgatas y caminatas por estos pequeños valles y apreciar la fauna de la región, entre la que se destacan los monos aulladores.   

Esta ruta quindiana está acompañada siempre por ríos y arroyos que  nacen en las altas montañas de los municipios cordilleranos del sur del Quindío. Río Verde, Río Rojo, Río Lejos, Río Barragán, son nombres que han modelado la orografía de esta región. Alguna vez estuvieron atravesados por los famosos puentes de arriería, de los que sólo quedan historias en las voces de los personas mayores de la región.

En los últimos años, pequeñas empresas familiares ofrecen servicios seguros de canotaje y kayak para los turistas. Viajes de adrenalina y nuevas sensaciones. Una de las rutas para esta actividad de aventura es la que se realiza por el Río Barragán, desde la vía a Génova. Allí entre estrechos cañones y rápidos, hasta de nivel cuatro, navegamos en cómodos botes inflables. Otra De las rutas, pero sólo para experimentados, es la que se realiza desde el río Lejos. 

Viajar no son sólo paisajes y lugares. También es degustar los encantos y sabores de un lugar. El Quindío, poco a poco ha ido cualificando una gastronomía singular. Ésta es la Influencia y la  fusión de las culturas que han confluido en los procesos de colonización quindiana: La paisa, la tolimense, la cundiboyancense, la valluna y la caucana. Estos hijos de colonizadores han adaptado las herencias raizales de sus platos y los han mezclado con los nuestros.

En típicas cocinas con fogones de leña, las hábiles manos le dan sazón y forma a estos gustos culinarios, que cada fin de semana atraen a visitantes de las ciudades cercanas. Entre ollas de barro, cucharas de palo,  especias nativas y el fuego vegetal se le va dando de cocción y el punto a estas delicias.

En cada uno de nosotros permanece un sentido original que nos lleva a buscar en los rústicos sabores de nuestras tradiciones. En lo más profundo de nuestra alma hay un espíritu errante que nos lleva hacia los caminos y degustar sus esencias.

Más allá de parques temáticos y sitios convencionales, vale la pena aventurarnos por nuevas experiencias y sensaciones. La búsqueda de los viajeros contemporáneos se enfoca a experiencias naturales y ricas en cultura tradicional. Gozar de la gastronomía, el paisaje, la arquitectura y la cultura tradicional, son los encantos del sur del Departamento. Bienvenidos a las esencias campesinas.   

 

CARLOS FERNANDO GUTIÉRREZ TRUJILO. Docente y Escritor.

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