lunes, 7 de octubre de 2013

LITERATURA, MEMORIA Y CONFLICTO


LITERATURA, VIOLENCIA Y MEMORIA

Por Carlos Fernando Gutiérrez Trujillo. Docente y escritor
 

La sociedad colombiana ha sido atravesada por eje trágico alrededor de la violencia. La rutinización y el olvido, han caracterizado estas guerras internas. Los ciclos violentos se han convertido en un elemento de cultura política,  que han dinamizado los procesos históricos. Pero estos conflictos interiores han sufrido la fatalidad del silencio. Alrededor del conflicto, no se ha guardado memoria. Quizá esta amnesia por el pasado, nos ha llevado a repetir, necesariamente, muchos rituales de muerte y exterminio social.

Alrededor de la guerra, no se ha creado una cultura de la memoria que dé cuenta y testimonie esos hechos fraticidas. El silencio y el olvido, han sido nuestro denominador. No han existido políticas estatales y sociales que nos permiten recoger las historias particulares de esos conflictos históricos. Las variantes de esos enfrentamientos, que los diferencien y singularicen de los demás hechos violentos. Pero ante la desmemoria histórica, nos quedan muchas obras literarias que testimonian los tiempos sombríos. Novelas, crónicas, cuentos, relatos testimoniales y una escasa poesía, han dado cuenta de estas luchas internas, de esta derrota social que nos ha cruzado desde años atrás. Pero estas escrituras no han sido discutidas, confrontadas y asimiladas por parte de la clase política y la sociedad colombiana. Será esta nuestra tragedia. El triste destino de Casandra, aquella mujer que profetizaba, pero que nunca se le creía. ¿Ese precio pagará esta literatura?    

El Realismo literario de las primeras décadas del siglo XX, la crónica roja, la literatura de compromiso social, la literatura testimonial, la novela histórica, la narrativa asociada al fenómeno del narcotráfico y el paramilitarismo, la literatura mediática del secuestro y la prostitución de alto nivel, entre otras, son algunas corrientes y tendencias de las cuales la literatura ha dejado memoria.

Entender la guerra como un discurso vivo. Allí se entrelazan estilos, corrientes y recursos para dar voz a un país silenciado: Un campesino sin regreso, Manuel Pacho, Viento seco, El día del odio, Cóndores no entierran todos los días, Noche de pájaros, Colombia amarga, Noches de humo, No nacimos pa’semilla, Aguas arriba , La parábola de Pablo, Historia de un secuestro, La virgen se los sicarios, Rosario Tijeras, Noches de humo, La bruja, Lara, 35 muertos, Efraín González: la dramática vida de un asesino, El ruido de las cosas al caer, son apenas una muestra de la memoria del desangre que nos ha aquejado durante décadas.

Los procesos de la guerra colombiana no han logrado articularse en la memoria nacional. No existen formas de problematización y asimilación de los factores que rodean estos conflictos. Quizá este sea el punto de quiebre en nuestro ideario: vivir el dolor de sus acontecimientos y no buscar la luz de sus orígenes. Al no existir políticas claras de memoria, la literatura se ha convertido en ese eslabón de historias, donde confluyen las huellas de un pasado signado por el dolor y la indiferencia. En personajes y acontecimientos, más cercanos a la realidad que a la ficción, muchos autores dan testimonio de muchas historias invisibles y clandestinas que se niegan a silenciarse.

Ante la cultura de lo efímero, el culto desmedido por el futuro y el desprecio por el pasado, nos quedan las palabras literarias como un homenaje a quienes poblaron caminos y pueblos de muerte. Existe la necesidad de articular formas más civilizadas de memoria cultural, donde nos confrontemos históricamente. De lo contrario, estamos ante un horizonte previsible de  nuevas violencias, donde el odio continuará con su ciclo de derrotas.  Experiencias como las de Centroamérica y el Cono sur, nos enseñaron que es necesario esa catarsis histórica para superar un pasado de guerras civiles y golpes militares.

Es cierto que los conflictos violentos han generado una serie de huellas asociadas a la literatura. Estas obras literarias son esos lugares de memoria histórica y simbología cultural donde se evidencian los acontecimientos en la pureza de lo humano. Allí están los hechos sin que medien ideologías e interpretaciones. Pero estas guerras colombianas, dadas sus circunstancias particulares, debe generar espacios de reflexión y encuentros desde el presente. Es una oportunidad para que la literatura, las memorias y el conflicto colombiano sean un espacio de conversación y encuentro con escritores, intelectuales y público, en torno estos temas. Sea una oportunidad de mirarnos frente al espejo de los acontecimientos. De confrontarnos desde las páginas literarias.              

                            

               

CLUB DE LECTORES LETRAS MAYORES

CLUB DE LECTORES "LETRAS MAYORES"
 

El programa “Letras mayores” en la biblioteca Comfenalco de Armenia busca ser el encuentro de un grupo de adultos alrededor de conversar, leer, compartir y hacer amistades literarias. Deseamos que las letras, los libros, las buenas historias, sean la oportunidad para consolidar un grupo de personas adultas alrededor de la lectura y las buenas conversaciones.

 

 Los miércoles, cada veinte (20) días, nos reunimos para tertuliar y compartir nuestras experiencias personales y de lectura. En las reuniones conversamos sobre temas de interés social e histórico de la cultura y la literatura, se incluirá la tradición oral como herramienta de memoria individual y social. La intención es hacer una publicación a largo plazo que recoja la memoria grupal. 

 

Cuando acercamos la literatura a la gente se está consolidando un espacio de diálogo y participación, se abren las barreras individuales y se da una apertura hacia los otros. Se está referenciando que las buenas letras pertenecen a todos, son abiertas y no son de uso exclusivo de élites y públicos cerrados. Se crean conexiones entre personas que no han estado cercanos a las letras y los libros.

 

Invitamos a todas las personas adultas para que nos acompañen en estos encuentros, donde incentivamos lecturas, compartimos saberes, intercambiamos opiniones y nos damos cuenta que alrededor de los libros, las lecturas y las buenas palabras se pueden encontrar buenas amistades y nuevas motivaciones de vida. Participar no tiene costo. Solo es acercarse a la biblioteca Comfenalco e inscribirse. Coordina: Carlos Fernando  Gutiérrez Trujillo, docente y escritor.  

lunes, 30 de septiembre de 2013

EL SUR DEL QUINDÍO: PARAISO DE VERDES


UNA PATRIA INTERIOR: EL SUR DEL QUINDÍO



El sur es un estado de ánimo. Una nostalgia geográfica que guardamos, cuando estamos lejos de la tierra amada. Volvemos a sus recuerdos para recuperar esas sensaciones primigenias que nos habitan. Esa saudade o añoranza por volver a pisar los caminos más primitivos y habitar verdes lugares, permanecerá por siempre en nuestra alma.

 Existe una ruta de encantos por descubrir, de paisajes por admirar, de experiencias por celebrar: El sur del Quindío. Éste itinerario entre ríos, montañas, gastronomía y lugares de ensueño, nos ofrece otra mirada al turismo regional.

Un café montañero, una comida campesina, un viento cálido, un rumor de río en la mañana, un vuelo de garzas en la tarde, un amanecer de neblinas, un bote que se desplaza por el agua; son apenas algunas sensaciones que nos esperan en esta ruta de patrimonios naturales y aventuras.

Esta ruta de naturaleza viva, bordea la cordillera central. Por una cómoda carretera, admiramos estas montañas azules, salpicadas de neblinas y leves lloviznas. En sus altos picos se perciben bosques primarios. En las partes bajas los surcos de café crean un contraste único entre los hombres y el campo.
 

El paraíso de los verdes. Todos sus matices los encontramos aquí. La fusión de los elementos naturales, prodigó una tierra de contrastes, donde se funden las formas y paisajes más indeterminados. Allí encontramos plantaciones de café y plátano, pequeñas parcelas campesinas con diversos cultivos, extensas zonas ganaderas, cultivos de cítricos y cálidos guaduales que bordean las innumerables fuentes y ríos que vienen desde los páramos de la cordillera. Tierra de esencias. Olores de tierra húmeda, sonar de aguas, sabor a un café caliente en una taza campesina, Sonidos y olores primigenios que aún permanecen para quienes deseen despojarse de la pesadez de la ciudad y quieran volver a compartir las cosas bellas y sencillas.

Desde la salida de Calarcá encontramos El Jardín Botánico del Quindío. Más de seiscientas especies vegetales, su sendero ecológico, observatorio de aves y su único mariposario. Un encuentro con el patrimonio natural del departamento.  

Seguimos descendiendo hacia la  vereda La bella, lugar donde habitó el poeta Baudilio Montoya. Sus estancias y fincas camineras nos permitirán conocer de cerca la arquitectura de la colonización antioqueña. Aquella fusión de barro, guadua, teja e imaginación colonizadora; configuró una manera particular construcción regional.

Al ir descendiendo a las planicies del Quindío, el paisaje se hace más extenso y cálido. Amplias tierras ganaderas son atravesadas por frescas quebradas ríos. Grandes samanes y ceibas decoran el paisaje. En Barragán podemos realizar cabalgatas y caminatas por estos pequeños valles y apreciar la fauna de la región, entre la que se destacan los monos aulladores.   

Esta ruta quindiana está acompañada siempre por ríos y arroyos que  nacen en las altas montañas de los municipios cordilleranos del sur del Quindío. Río Verde, Río Rojo, Río Lejos, Río Barragán, son nombres que han modelado la orografía de esta región. Alguna vez estuvieron atravesados por los famosos puentes de arriería, de los que sólo quedan historias en las voces de los personas mayores de la región.

En los últimos años, pequeñas empresas familiares ofrecen servicios seguros de canotaje y kayak para los turistas. Viajes de adrenalina y nuevas sensaciones. Una de las rutas para esta actividad de aventura es la que se realiza por el Río Barragán, desde la vía a Génova. Allí entre estrechos cañones y rápidos, hasta de nivel cuatro, navegamos en cómodos botes inflables. Otra De las rutas, pero sólo para experimentados, es la que se realiza desde el río Lejos. 

Viajar no son sólo paisajes y lugares. También es degustar los encantos y sabores de un lugar. El Quindío, poco a poco ha ido cualificando una gastronomía singular. Ésta es la Influencia y la  fusión de las culturas que han confluido en los procesos de colonización quindiana: La paisa, la tolimense, la cundiboyancense, la valluna y la caucana. Estos hijos de colonizadores han adaptado las herencias raizales de sus platos y los han mezclado con los nuestros.

En típicas cocinas con fogones de leña, las hábiles manos le dan sazón y forma a estos gustos culinarios, que cada fin de semana atraen a visitantes de las ciudades cercanas. Entre ollas de barro, cucharas de palo,  especias nativas y el fuego vegetal se le va dando de cocción y el punto a estas delicias.

En cada uno de nosotros permanece un sentido original que nos lleva a buscar en los rústicos sabores de nuestras tradiciones. En lo más profundo de nuestra alma hay un espíritu errante que nos lleva hacia los caminos y degustar sus esencias.

Más allá de parques temáticos y sitios convencionales, vale la pena aventurarnos por nuevas experiencias y sensaciones. La búsqueda de los viajeros contemporáneos se enfoca a experiencias naturales y ricas en cultura tradicional. Gozar de la gastronomía, el paisaje, la arquitectura y la cultura tradicional, son los encantos del sur del Departamento. Bienvenidos a las esencias campesinas.   

 

CARLOS FERNANDO GUTIÉRREZ TRUJILO. Docente y Escritor.